Como ya hace varios cursos, nuestro alegre pasillo de pitufos se convierte en un oscuro y tenebroso "Lar" de fantasmas, monstruos, esqueletos, brujas y vampiros. Hoy los pitufitos hemos recordado a nuestros antepasados celtas celebrando "el Samaín"

Según la tradición, en la noche del
31 de
Octubre empezaba el
nuevo año celta, donde se iniciaba el tiempo de cambio de
estación, de la
cosecha y los misterios entre la vida y la muerte. En esta fecha, los
difuntos tendrían autorización para caminar entre los vivos, ya que se abrían las puertas del más allá, y también la posibilidad de reunirse con los antepasados muertos.

Para mantener a estos
espíritus contentos y alejar los malos de sus hogares, los celtas dejaban fuera de sus casas
comida y dulces y encendían unas
hogueras para que se pudieran calentar. Durante esas horas se podía tocar, palpar y hasta traspasar al mundo de los muertos. También era costumbre tallar
calabazas que se ponían en las puertas de las
casas con velas dentro para
iluminar el camino a los inusuales paseantes.

Aunque durante años el
Samaín solo fue reconocido por los países anglosajones, con el nombre de
Halloween, en muchos pueblos de Galicia se seguía manteniendo la tradición de homenajear a los difuntos con calabazas iluminadas, haciendo pervivir así una
encantadora pero algo
macabra tradición.

Como a nosotros nos encanta que nuestros pitufos participen activamente de todas las
fiestas y
tradiciones no podíamos más que invitarlos a una
magnífica fiesta musical y
gastronómica gracias a la
generosidad y buen hacer de nuestras
pitufi-familias, donde no faltó el
concurso de
calabazas con nuestros pitufillos como jurado y la celebración de los
cumples de
octubre.
¡ Muchísimas gracias a todos y FÉLIZ SAMAÍN !